Goya, un pionero del cómic
Una exposición de cómic en Zaragoza homenajea a Francisco de Goya, coincidiendo con la efeméride del 275 aniversario de su natalicio
Asier Mensuro ABC 14/06/2021 00:16h
Una exposición de cómic en Zaragoza homenajea a Francisco de Goya, coincidiendo con la efeméride del 275 aniversario de su natalicio. Juan Royo Abenia y Miguel Royo Gasca comisarían esta muestra que puede visitarse en la sala de exposiciones de Los Antiguos Depósitos Pignatelli hasta el 30 de julio.
Para la ocasión, se ha reunido el trabajo de más de 50 historietistas en torno al genial sordo aragonés; y además, se reflexiona sobre la importante labor del inmortal pintor como pionero del noveno arte. Aunque solo sea por ver plasmada esa idea en la sala de exposiciones (en realidad la muestra tiene muchas más virtudes), ya es obligado recomendar su visita.
El genial pintor aragonés es reivindicado por multitud de disciplinas artísticas contemporáneas. Evidentemente, por la propia pintura; pero también por el cine, que entrega unos conocidos premios que llevan su nombre; o por la fotografía, que ve en la serie de grabados ‘Los desastres de la guerra’, un claro antecedente del trabajo de los grandes reporteros gráficos que, cámara en mano, documentan los conflictos bélicos.
Y sin embargo, aún no se ha reivindicado lo suficiente su papel por pionero del cómic; disciplina que, sin duda, debe mucho al sordo de Fuendetodos. «Goya es un precursor indiscutible del cómic actual. Por ejemplo, él se autoedita sus ‘Caprichos’ con el deseo de que fueran leídos en su conjunto, uno detrás de otro, a modo de lujoso fanzine», afirma Juan Royo, comisario de la muestra.
En sus grabados se encuentra la honda huella de dos autores pioneros de la ilustración satírica y la historieta, cuya obra conoce perfectamente el aragonés: William Hogart y, sobre todo, James Gillray.
Su estilo caricaturesco está presente en muchos de los personajes que protagonizan los grabados del pintor del Fuendetodos, que supo sumar lo expresionista a esta herencia caricaturesca para crear un estilo de dibujo realmente único. Dicho grafismo resulta idóneo para narrar historias en imágenes, creándose una aportación innegable al noveno arte.
Son muchos los historietistas que ha introducido en sus cómics versiones libres de algunos de los lienzos o grabados más conocidos de pintor aragonés. Es, sin duda, un modo de rendirle homenaje e implícitamente, reconocer la influencia de Goya en su propio estilo gráfico. La exposición se hace eco de estos homenajes, destacando algunas piezas como ‘Brujas y Hacienda’ de Miguelanxo Prado, ‘La buena bruja’ de Ester de la Piedra, ‘Tatuaje’ de Carmen González, y ‘Hellboy’ de Mike Mignola.
Otro aspecto interesante de la exposición es que se ocupa de la imagen del propio pintor. No hace falta recordar el importante papel que juega Goya a la hora de reivindicar la figura del pintor-artista que se inmortaliza a sí mismo, como protagonista de sus lienzos y dibujos.
Muchos historietistas son bien conscientes de que el pintor aragonés es un icono de la cultura popular, y quizá por eso optan por participar en la muestra con un retrato del aragonés. Entre otros, Jordi Bayarri, Fran Galán, o Diego Olmos. Pero hay dos obras que resultan especialmente acertadas en este sentido. La primera de ellas es la pieza de Miguel Gallardo, que se retrata a sí mismo mirando un cuadro en el que figura el pintor aragonés a la manera que lo pinta Vicente López; acompañado de su hija María, protagonista del cómic ‘María y yo’ (2007); y de la más popular de sus creaciones, ‘Makoki’ (1977-94).
La segunda pieza es mi favorita de toda la exposición. Su autor, José Antonio Bernal, decide jugar con la idea de Goya como icono de la cultura popular; y decide traerlo al siglo XXI, retratándolo como un muñeco Funko Pop.
Hay otras dos secciones en la exposición que muestran con claridad la influencia del aragonés en el cómic. La primera de ellas se ocupa de la sátira social que aparece en los grabados del aragonés. Royo apunta con acierto que «sus estampas son tiras de prensa y sátira gráfica; que constituyen la más rabiosa denuncia de la sociedad en la que le tocó vivir».
Resulta así muy evidente la filiación de la obra de Goya con autores presentes en la exposición como Forges, Javirroyo, que participa con su pieza ‘La maja de Netflix’, o Jesús Martinez del Vas, alias JMV.
La segunda se ocupa de la iconografía fantástica del aragonés; especialmente en lo referente a su rico mundo de pesadilla, que tiene su máxima expresión en las pinturas negras y la serie de grabados de los caprichos. Estas obras han sido siempre una fuente de inspiración constante para muchos autores de historieta.
Son muchas las obras presentes en la exposición que hacen referencia a esta iconografía fantástica, aunque tres de ellas sobresalen a mi particular entender.
La primera es una pieza de Marta Alonso Berná, que no solo rinde homenaje al modo en el que Goya se acerca a iconografía de la mujer, al evocar su ‘Maja desnuda’, sino que además, se recrea recopilando a todas las criaturas fantásticas y deformes que pueblan los lienzos y los grabados del aragonés.
Una segunda pieza de gran interés es la portada de Carlos Pacheco para Ediciones Fórum. Todos los especialistas en Historia del Arte, están de acuerdo en que las pinturas de la Quinta del Sordo, son en gran medida fruto del horror que Goya ha contemplado, así como una consecuencia de su enfermedad. Pacheco parece querer crear una analogía entre esta idea y el personaje del Dr. Muerte que levanta una copa, con el cuadro de ‘Saturno devorando a su hijo’ situado a su espalda.
Victor von Muerte es un personaje que también ha sufrido mucho; y su oscuridad, es fruto de lo que ha visto y vivido. El horror que consume a Goya es también el horror de este popular villano de la historieta.
Finalmente, destaca la pieza de Rodrigo Zayas, que emula la composición del famoso grabado de El sueño de la razón produce monstruos. Zayas utiliza el personaje de Batman, y al hacerlo construye un inteligentísimo paralelismo entre Goya y el cómic.
El sordo de Fuendetodos recurre a la iconografía del murciélago para plasmar las pesadillas de su soñador; pero el murciélago, encarna igualmente todo el dolor de Bruce Wayne, que lo toma como símbolo de su disfraz de superhéroe. ¡Quizá Batman no sería Batman, de no existir este grabado de Goya!
Por todo esto, y por mucho más, esta exposición es el mejor modo de conocer de primera mano la relación que existe entre Goya y un arte tan importante en el siglo XXI como es el cómic.