VANESA ASO MARTÍN·9 JUNIO, 2021
Más de 50 autores de cómic rinden homenaje a Goya en los Antiguos Depósitos de Pignatelli. Lo hacen con una exposición, “El cómic y Goya. Una muestra de veneración” que recorre la vida y obra del ilustre pintor aragonés y que pasa por sus diferentes épocas artísticas mezclando elementos rigurosos a la realidad y otros de ficción.
Los caprichos, las pinturas negras, los desastres de la guerra, su visión de las mujeres o su pasión por la tauromaquia son constantes en viñetas, en referencias y en contextos. Su vida y obra ha dado lugar a historias plasmadas en formato cómic, unas rigurosas, otras divulgativas y muchas fantásticas, que se muestran en esta exposición, además de diversas recreaciones del prohombre, uno de los aragoneses más reconocidos y aclamados de nuestra historia.
La muestra incide, por un lado, en ese Goya pionero de géneros como el cómic, el humor gráfico o el fotoperiodismo y, por otro lado, en su certera y lúcida visión de la realidad social y su valiente y desgarradora denuncia activa, todo ello dividido en diferentes secciones: Retrato de Goya, España misteriosa, Pasiones goyescas, La guerra y Las Pinturas negras.
Recorrido por la exposición
La captura del bandido “Maragato” por fray Pedro de Zaldivia de Goya (1806) ejerce la función de prólogo. Esta aleluya funciona como viñetas de un cómic en las que el famoso ladrón trata de robar los zapatos al fraile pero éste forcejea, le arrebata el rifle, lo descerraja, le golpea con la culata y consigue apresarle. Las aleluyas serán el precedente del tebeo como cultura popular.
A continuación, se muestran retratos de Goya -personaje de cómic en sí mismo- muchos hechos de propio para esta exposición por diferentes autores. A pesar de los diferentes estilos de cada artista, todos reflejan la recia personalidad del de Fuendetodos. Su parecido físico con el famoso superhéroe de Marvel, Lobezno (Wolverine) es mucho más que una mera coincidencia.
La España misteriosa es la primera parada en este viaje por su retrato singular, incisivo, inmisericorde y mordaz de la realidad de una España conmocionada por la revolución de la vecina Francia. Como en un lujoso fanzine, la autoedición de las estampas grabadas al aguafuerte que componen sus caprichos, democratiza su arte y la eleva al rango de cultura popular.
Goya también retrató a reinas y sirvientas, aristócratas y burguesas, guerrilleras y labriegas, mozas y ancianas. Siempre desde la elegancia, el respeto y la admiración es un claro precedente del feminismo: la mujer adquiere protagonismo y respeto. Las mujeres de Javirroyo, Marta Alonso o Luis Royo se reconocen deudoras de las mujeres goyescas.
La gran pasión de Goya como la de Miguel Fuster o Luis Pineda, fueron los toros y su lidia, ya fueran festejos populares y novilladas (Los toros de Burdeos) o corridas profesionales (La tauromaquia).
No hay honor ni banderas en la muerte y en la destrucción de la guerra contra el francés (vampiros para Miguel Alfonso). La crueldad del ser humano en todo su esplendor. Ojo por ojo, la violencia se desata en el campo de batalla. Fernando Monzón y Enrique Mendoza incorporan muchos desastres de Goya en viñetas que beben también del manga japonés y de la línea clara de la bd francobelga.
Los muros de la Quinta del Sordo albergarán las pinturas más oscuras del alma de Goya. El resentimiento, la enfermedad y la tristeza se reflejan en el duelo a garrotazos de dos villanos o en el Saturno que devora a sus hijos recién nacidos por temor a ser destronado por ellos. Todo queda distorsionado: gestos, posturas, actitudes, luces, sombras, recovecos, manchas, rostros… en un intenso y emocionante clímax artístico que encumbra su genialidad.
La muestra cuenta con documentación sobre el contexto histórico, la colaboración de la Asociación histórico cultural Voluntarios de Aragón y la participación del colectivo de artistas con discapacidad intelectual Amibil.